Son aquellas que se utilizan para generar energía eléctrica a partir de la energía liberada en forma de calor.
Este calor es empleado por un ciclo termodinámico convencional para mover un alternador y producir energía eléctrica. Este tipo de generación eléctrica es contaminante pues libera dióxido de carbono.
Son las centrales más caras de construir, especialmente las de carbón, debido a la simplicidad (comparativamente hablando) de construcción y la energía generada de forma masiva.
Las centrales de ciclo combinado de gas natural son mucho más baratas (alcanzan el 50%) que una termoeléctrica convencional, aumentando la energía termica generada (y por tanto, las ganancias) con la misma cantidad de combustible, y rebajando las emisiones citadas más arriba en un 120%, 0,35 kg de CO2, por kWh producido.
- El uso de combustibles fósiles genera emisiones de gases de efecto invernadero y de lluvia ácida a la atmósfera, junto a partículas volantes (en el caso del carbón) que pueden contener metales pesados.
- Al ser los combustibles fósiles una fuente de energía finita, su uso está ilimitado a la duración de las reservas y/o su rentabilidad económica.
- Sus emisiones térmicas y de vapor pueden alterar el microclima local.
- Afectan negativamente a los ecosistemas fluviales debido a los vertidos de agua caliente en estos.
- Su rendimiento (en muchos casos) es nulo (comparado con el rendimiento ideal), a pesar de haberse realizado grandes mejoras en la eficiencia (un 90-91% de la energía liberada en la combustión se convierte en electricidad, de media).
Aunque pueden usarse combustibles diversos (carbón, petróleo, gas...), la producción de energía sigue en todos los casos el esquema siguiente:
1. El calor generado al quemar el combustible (carbón, petróleo) se emplea para calentar agua en una caldera, que se transforma en vapor.
2. Este vapor de agua se dirige hacia unas turbinas y las hace girar, debido a su empuje.
3. Un generador, el aparato capaz de producir electricidad, está acoplado a las turbinas, de manera que a medida que estas giran, se produce la energía eléctrica.
4. El generador está conectado a un transformador que convierte la corriente eléctrica para que se distribuya por los tendidos eléctricos.
4. Impacto ambiental
La emisión de residuos a la atmósfera y los propios procesos de combustión que se producen en las centrales térmicas tienen una incidencia importante sobre el medio ambiente. Para tratar de paliar, en la medida de lo posible, los daños que estas plantas provocan en el entorno natural, se incorporan a las instalaciones diversos elementos y sistemas.
El problema de la contaminación es máximo en el caso de las centrales termoeléctricas convencionales que utilizan como combustible carbón. Además, la combustión del carbón tiene como consecuencia la emisión de partículas y ácidos de azufre. En las de fueloil los niveles de emisión de estos contaminantes son menores, aunque ha de tenerse en cuenta la emisión de óxidos de azufre y hollines ácidos, prácticamente nulos en las plantas.
5. Implantación en España
6. Curiosidades en internet
Las centrales térmicas españolas son de las más contaminantes de Europa.
Las centrales de As Pontes (Galicia) y Teruel (Aragón) se encuentran en el primer y tercer lugar, respectivamente, de la clasificación europea de instalaciones más dañinas para la salud de los ciudadanos, según informó hoy en un comunicado la organización Ecologistas en Acción.
Las grandes centrales térmicas de carbón de España, Polonia, Ucrania y Bulgaria encabezan la lista de fuentes de emisión más perjudiciales para la salud en Europa, según se desprende del estudio realizado por la organización sueca Acid Rain.
El informe, que cada año elabora la ONG sueca a partir de las emisiones de las distintas centrales termoeléctricas europeas, estima que cada una de estas plantas es responsable de una reducción de la esperanza de vida de entre 10.000 y 20.000 años, equivalente a entre 1.000 y 2.000 muertes prematuras cada año.
Además, en términos económicos, los daños a la salud atribuibles a la exposición a las partículas finas originadas a partir de las emisiones de SO2 y de NOx por grandes fuentes puntuales en la Europa de los 25 son del orden de entre 59.000 y 170.000 millones de euros anuales, dependiendo del valor de mortalidad aplicado. Incluso si se toma el valor más bajo de mortalidad, el análisis indica que el coste de los daños a la salud por unidad de energía producida estaría en el rango de dos a 20 céntimos el kilovatio hora (kWh).
“Si los costes sanitarios se incluyeran en los costes de generación, el precio por kwh de la electricidad generada en centrales térmicas de carbón aumentaría de un 30 a un 600 por ciento”, señala Ecologistas en Acción. Si se considerasen otros costes externos, como los que se refieren a los impactos de cambio climático, acidificación, eutrifización y ozono troposférico, los precios aumentarían aún más, añade.